INVITACIÓN AL CAMPAVIDA 2008

CAMPAMENTO VOCACIONAL a realizarse el próximo mes de marzo del 25 al 28 en las ADJUNTAS MICHOACÁN. Informes.

viernes, 9 de noviembre de 2007

San Pablo Vocaciones México recomienda: La familia de Pascual Duarte.




Sin ningún antecedente literario de mayor entidad, se presenta Camilo José Cela en el escenario de las letras españolas con la novela La Familia de Pascual Duarte, aparecida en Madrid en el año 1942, cuando el autor se acerca a los 27 años de edad.

A los buenos augurios de una crítica amplia y casi unánime siguió un éxito de venta excepcional y los honores de la traducción a lengua inglesa.

Tanto la generación a que Cela pertenece como la inmediata anterior no habían sido pródigas en este género de literatura, y si hubo algunos excelentes testimonios lo cierto es que distaban mucho, en número y calidad, de ofrecer un paralelismo que pudiese acercar este tipo de producción a la magnífica de los ensayistas y poetas, que son quienes llevan la voz principal en ambas promociones.

La aparición de La Familia de Pascual Duarte fue, pues, saludada como un posible punto de enlace entre las esencias de la novela española tradicional y las modernas exigencias del género. Su paisaje, sus tipos y su argumental suceso se hallan situados dentro de una visible línea de continuidad con los antecedentes de realismo y de vigencia humana de la novelística española.

Aporta Camilo José Cela una mayor capacidad de síntesis, una muy diestra sobriedad y precisión en el manejo de la materia literaria y un imperio juvenil que, desentendiéndose de las fórmulas convencionales de la gradación de los efectos, incide, con inusitada violencia, en los núcleos dramáticos que estructuran esta notable novela en la cual la prosa, ajena a compromisos meramente esteticistas, se halla al servicio del relato y en función directa de una rigurosa subordinación narrativa.

Nació Camilo José Cela en Iria Flavia (Galicia) en 1915.Publicó posteriormente Pabellón de Reposo (1943), y Nuevas Aventuras del Lazarillo de Tormes (1944).





Fragmento.

"Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya. "
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